martes, 11 de agosto de 2009

Así en tu casa como en la oficina

25.06.2008 Clarín.com Mónica García
Trabajar a distancia es más cómodo y eficaz.
Cómo aprovechar los softs de oficina gratis, los backups online y los servicios de cibermensajería. El rol de la PC hogareña, la notebook, los smartphones y las centralitas IP.

Trabajar al calor del hogar, pero con la comodidad y la eficiencia de la oficina. Participar de una reunión a varios kilómetros de distancia sin mover un pie, aprovechar la demora de un vuelo para terminar un informe y atender a los mejores clientes en pantuflas son algunas facetas del teletrabajo, una tendencia que crece y gusta cada vez más a empresas y empleados.

En la Argentina, la costumbre de teletrabajar comenzó a echar raíces con el nuevo milenio de la mano de cuentapropistas que buscaban una alternativa al desempleo. Ahora, teletrabajan también empleados en relación de dependencia, desde altos ejecutivos hasta principiantes.

Hay puestos que se pueden desempeñar a distancia y otros no. Pero las nuevas tecnologías ampliaron la gama de trabajos a distancia. Para ser teletrabajador es necesario tener un equipamiento informático que varía de acuerdo a la actividad. Y saber sacar provecho a la compu y a Internet.

La casa oficina. Los ingredientes básicos de una oficina casera son dos: una computadora eficiente y una conexión de banda ancha, que asegura alta velocidad y tarifa plana. Si se tiene más de una computadora, lo ideal es armar una red inalámbrica. Así se podrán compartir archivos, conexión a Internet y otros recursos digitales, como impresora o escáner.

Otra clave es equipar la o las compus con softwares de oficina. Si el bolsillo da para comprar un Microsoft Office, mejor. Y si no, se sobrevive con un paquete gratuito, como el Open Office.

A los teleempleados les conviene tener los mismos programas que usa en la oficina de la empresa. Cuando la empresa posee una intranet (red interna de datos), lo mejor es tener un acceso remoto. Según el sistema de la empresa, el teleempleado podrá acceder vía Web o necesitará un software especial. Programas de acceso remoto, como el Radmin, son fáciles de instalar y usar para Pymes con teletrabajadores. Cuesta unos $200 cada licencia y se compra por Internet.

¿Notebook o PC? Es una de las primeras preguntas que se hace el teletrabajador. La PC es más cómoda cuando se trabaja muchas horas en casa. En cambio, cuando la carga laboral se reparte entre la casa y la calle o la oficina, la notebook es más práctica. Lo ideal: combinar ambas opciones. Y si no se puede, una memoria USB soluciona el tráfico de datos entre la compu de casa y la de la oficina.

Para trasladar y compartir datos, también hay servicios de backup online. Skydrive, por ejemplo, regala 5GB en skydrive.live. com.

Más práctico aun son los softwares de oficina online y gratuitos, que permiten guardar documentos en la Web y compartirlos.

En algunos casos, también se puede crear y editar textos e imágenes. El Microsoft Office Live, por ejemplo, permite guardar hasta 500MB de archivos de Word, Excel, Powerpoint, fotos y videos, y más. Cada archivo no debe pesar más de 25MB. Los documentos se pueden leer y compartir con otros usuarios. Pero para editarlos hay que tener el paquete de oficina Microsoft Office en la compu.

En cambio, con Google Docs se pueden crear y editar documentos de texto, planillas de cálculo y presentaciones. Hay espacio para 5 mil planillas, 5 mil archivos de texto y otro tanto de imágenes.

Otra forma de llevar los documentos siempre a cuestas es meterlos en los celulares inteligentes conocidos como smartphones. Con el MotoQ, el Palm Treo Centro y el HP iPaq 510, entre otros, se pueden leer, editar y crear documentos de oficina.

Cambio...y fuera. Estar comunicado es fundamental para el teletrabajador. Con Internet y los celulares no es problema. En casa es barato y cómodo usar un mensajero online, como MSN Messenger y otros. Sirven para chatear, hacer llamadas y hacer videoconferencia (con una webcam).

En algunos trabajos, la imposibilidad de atender el teléfono de la oficina en casa es incómodo. La solución es usar una central de telefonía IP en la oficina y un teléfono IP en casa. La llamada llega a la central por la línea tradicional y se direcciona a la casa a través de Internet. En el hogar hay que tener un teléfono IP conectado a banda ancha. Con un interno en la notebook o la pálmtop se pueden atender llamadas desde cualquier lugar con Internet.

El precio de estas centrales varían de acuerdo a la marca y la cantidad de internos pero no hay que pensar en menos de $3.000. Una alternativa más barata es contratar un servicio de central IP virtual. Iplan lo ofrece a un costo de $150 más IVA por mes. Incluye la central y dos internos.

http://www.clarin. com/suplementos/ informatica/ 2008/06/25/ f-01701218. htm

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