martes, 29 de septiembre de 2009

Tere Montes: La primera VA de Puerto Rico

Una adversidad le abrió una oportunidad

Con una inversión de menos de mil dólares, Tere Montes se convirtió en la primera asistente virtual certificada de Puerto Rico

Tere Montes decidió no luchar contra la necesidad de tomar una decisión difícil. La enfrentó con valentía y encontró del otro lado una oportunidad que no esperaba.
Por Viviana Torres Mestey / Especial El Nuevo Día
Tere Montes trabajaba para su hermano cuando su madre enfermó y su familia le pidió que se ocupara de asistirla. Pero Montes necesitaba trabajar, así es que buscó opciones para cumplir con ambos deberes.
Pensó en mantenerse como asistente de su hermano desde el hogar mientras cuidaba a su madre, cuando surgió una alternativa que le permitió hacer ambas tareas y, de paso, tener un negocio propio.
“No nos podemos encerrar si la cosa está difícil porque sí hay oportunidades”, afirmó.
Su hermano encontró por internet un servicio de asistente virtual, que contrató para ayudar a Montes en las tareas pendientes. La asistente, quien luego se convirtió mentora de Montes, trabajaba desde Argentina y vía web tramitaba los asuntos de la oficina.

Fue ella quien le sugirió a Montes hacer lo mismo: convertirse en asistente virtual, profesión relativamente nueva que fomenta la integración de personas a través del mundo. El amplio mercado que cubre este tipo de servicio ofrece una oportunidad para muchos.
A Montes esta sugerencia le pareció ideal. “Lo más que me gustaba era que podía trabajar en lo que me gusta, más allá de las limitaciones geográficas, gracias al internet”, dijo. Se orientó y estudió “online” durante 6 meses para certificarse por Bureau Red, compañía de asistentes virtuales del mundo. Así se convirtió en la primera asistente virtual certificada de Puerto Rico.
Además de la inversión de poco menos de mil dólares que hizo en sus estudios, sólo tuvo que comprarse un audífono y estaba lista para empezar a trabajar puesto que ya tenía una computadora y un teléfono.
En la casa de su madre organizó un área que designó su oficina y una vez obtuvo su certificación pasó a diseñar un plan de negocios y otro de mercadeo. El día que cumplió sus 47 años, Montes lanzó su nuevo negocio.
Así, sigue como asistente de su hermano y ya cuenta con tres clientes a quienes ayuda con tareas administrativas y de oficina como manejo de agenda, correspondencia, compra, facturación y coordinación de eventos, entre otras funciones rutinarias. Esto lo logra gracias a las muchas herramientas que provee la red, incluyendo el portal de telecomunicaciones Skype, a través del cual puede reunirse virtualmente con sus clientes.
Ahora, piensa que si no se hubiese visto forzada a cambiar de escenario laboral quizás nunca hubiese logrado tener su negocio. “La circunstancia me llevó a enfrentar la situación y no lucharle en contra. Gracias a mami ya tengo un negocio, algo mío”, concluyó.

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